Super Riviú: My Hero Academia - Temporada Final

Super Riviú: My Hero Academia – Temporada Final

La historia de Izuku Midoriya y sus amigos llega a su fin con una temporada excepcional.

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Siento como que cada vez es más difícil encontrar una temporada entera de anime que no tenga un solo episodio malo o de calidad regular. La octava temporada de My Hero Academia pasa esta prueba con lo que parece ser un esfuerzo colosal por parte de Bones Film.

Antes de avanzar, hago la salvedad de que no soy un lector del manga y solo he seguido la historia de Izuku Midoriya desde mi sofá (y a veces cama). Mis impresiones están basadas exclusivamente en la animación, después de ver todas las películas y episodios animados.

Debo confesar que el primer episodio de la temporada casi me hace dormir, en parte porque All Might dejó de ser un personaje importante para mí desde la temporada anterior.

Inicialmente, pensé que la trama se alargaría, dejando toda la animación fuerte para los últimos dos o tres episodios, pero me alegra decir que no fue así para nada, y todo se debe a una decisión muy inteligente por parte de los directores Kenji Nagasaki y Naomi Nakayama.

El nuevo underdog

Una de las dinámicas más interesantes en My Hero Academia es la relación entre el protagonista, Izuku Midoriya, y su antagonista principal, Katsuki Bakugo.

Al comienzo de la serie, Midoriya es visto como el típico muchacho inseguro, pero con mucho corazón. Es un chico que no tiene superpoderes y encima es asediado constantemente por Bakugo, la encarnación de todo lo que Izuku no es.

Bakugo es una especie de misterio en la narrativa. Bajo todo pretexto es un personaje que no es fácil de agradar a los demás en la serie. El muchacho siempre tiene la mecha corta, se enoja por todo y siempre grita lo que piensa.

Irónicamente, en la meta-conversación estas son exactamente las cualidades que lo han hecho tan popular entre los fans.

En cada encuesta de popularidad, ya sea en Japón, Estados Unidos o a nivel global, Bakugo ha estado de primero durante una década, y no por un margen tonto tampoco. En la última encuesta en Japón, el rubio loco ganó por cinco mil votos y a nivel global ganó por casi 431 mil.

Es difícil juzgar si la popularidad del personaje afectó la edición del manga o el anime, pero lo que sí es cierto es que la historia de Bakugo pasó de ser una trama en segundo plano a ser casi tan importante como la de nuestro protagonista, Midoriya.

Tan importante que ameritó su propia pelea entre el fulo peleón y All For One.

Dos clímax

El tercer episodio de la temporada, titulado “The Final Boss!!”, está dedicado a Bakugo y su pelea con una versión de All For One, cementando al anterior como uno de los mejores personajes shōnen jamás escritos.

En el episodio, Bakugo no solo le hace frente al villano principal de la serie, sino que rescata a All Might de una muerte segura (con la ayuda de Izuku) y encima inventa una nueva forma de usar su poder para poner a All For One a la defensiva.

La narrativa en toda la pelea es mucho más sencilla que la que nos toca ver entre Midoriya y Shigaraki más adelante, y los productores de la serie aprovecharon esto para enfocarse en momentos memorables y animación por encima de lo habitual.

El episodio siguiente nos dio una de las mejores escenas animadas, no solo de este show sino de todo el año, con Bakugo poniéndole el clavo final a All For One en un final de pelea no apto para cardíacos.

Lo que esperábamos

Después de este subidón, la serie baja las revoluciones por un par de episodios, mostrándonos el drama psicológico que llevó a Shigaraki a los brazos literales de All For One y eventualmente a formar la Liga de Villanos.

Esta parte de la temporada habría estado floja de no ser por las revelaciones interesantes, algunas de las que ya se veían venir, pero que fueron mostradas de forma cruda y dramática.

La serie culmina su arco en el episodio 8, el cual tiene a todos los superhéroes que hemos visto hasta ahora (y que siguen con vida), ayudando a Midoriya a darle el tiro de gracia a Shigaraki y luego a All For One.

El golpe final de Midoriya, impulsado por los brazos, lengua y otras extremidades de sus amigos de la Clase 1-A mientras el épico “You Say Run” de Yuki Hayashi suena en el fondo es todo lo que nos prometieron y más.

La serie llevaba rato sin ofrecernos un momento así de épico fuera de las películas y lo hicieron contar sin dudar.

El largo desenlace

Una de las contrapartes de tener un elenco de personajes tan grandes es tener que atar todos los cabos sueltos que dejan a su paso.

No sé cómo es el manga, pero en el anime se han dado la aparente tarea de cerrar todas las tramas, por más pequeñas que sean, para darnos un final satisfactorio. Tanto así, que los tres episodios finales están dedicados a contarnos qué pasó con el mundo después de que Midoriya dio el golpe final.

No había visto un anime que se tomará tanto tiempo para aterrizar su historia, pero nada de lo que mostraron me pareció innecesario o fuera de tono.

Me gustó ver el epílogo de los Todorokis y la no-muy-sutil metáfora sobre cómo evadir problemas entre familiares eventualmente termina consumiendo a todos los involucrados en más de una forma.

En general, todos los principales secundarios de peso me dieron una razón para sonreír y si tuviese que criticar algo sería la forma en que Uraraka y Midoriya terminaron solos.

My Hero Academia terminó el 13 de diciembre y sé que extrañaré a Izuku, Bakugo, Shoto y los demás para siempre. Esta despedida valió la pena.


Super Riviús son reseñas de opinión. Es posible que el objeto de la reseña haya sido proveído por los autores o editoriales de forma gratuita.

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