Mis 5 consejos de supervivencia mochilera

Mis 5 consejos de mochileo

Si quieres pasarla bien viajando, toma buenas decisiones. Todo comienza con tu actitud.

Cuando estás viajando solo(a) con poco dinero es importante que te mantengas saludable, tanto física como mental y emocionalmente.

Habrán momentos en que las cosas que das por sentado en tu casa — como la compañía de tus amigos o el acceso a un cepillo de dientes — se convertirán en necesidades imprescindibles y debes estar preparado para afrontar la posibilidad de que ninguna de ellas estarán allí cuando las necesites.

A todo el mundo le ocurre y por eso es que mochilear te hace reflexionar y entender mejor quién eres cuando no tienes las facilidades a las que la vida en tu hogar te han acostumbrado. También es el sitial perfecto para que ocurran locuras y comiences a ser más creativo(a) resolviendo problemas de manera práctica y original.

De esto último hablaré en otra ocasión, pero por ahora me enfocaré en 5 consejos básicos que me ayudaron a mantenerme sano y cuerdo mientras exploraba Asia. Por favor tomen en cuenta que estas no son reglas escritas en piedra y que vienen de mi experiencia como un varón cisgénero. Como todo, pueden cambiar y son relativas a la situación en la que te encuentres y tu propio bagaje. Son simplemente las guías que me ayudaron a mi a pasarla bien y no amargarme la existencia.

Nota: Estos consejos fueron compilados con ayuda de Stefanie, alias La Terminator, y mi experiencia personal de viaje. Stefanie no sólo es una chica holandesa muy cool y mi primera pasiera de viaje, sino también alguien a quien considero mi mentora de mochilear.

Escribiré sobre ella en mi primer artículo sobre las Filipinas pronto, pero aquí vamos a lo que vinimos:

1. Protege Tus Vainas

Es triste, pero cierto: los robos cuando viajas son cosa frecuente y más aún si no estás prestando atención a lo que ocurre a tu alrededor. Aún si no fuese cierto, todavía tomaría precauciones extra para proteger mis pertenencias y evitar meterme en situaciones donde las cosas desaparecen sin saber.

Hazle caso al tipo que viajó con una laptop y un montón de equipo portátil para trabajar mientras mochileaba. Si cualquiera de estas cosas se perdían o dañaban (que sí pasó) estaría en un lío. Por eso trato de evitar percances de este tipo a como dé lugar.

En cada país existen cientos de guías sobre formas en que la gente se las ingenia para robarte dinero, tu pasaporte, ropa o tu celular. Los hostales que visité en Asia y Europa generalmente tienen panfletos o afiches informativos sobre las tácticas que usan los ladrones locales.

Pero que no te quepa duda, aunque te moleste lo que voy a decir, la verdad es que la primera falla y posible culpa de un robo la tienes tú.

Stefanie me enseñó que cosas como tus pertenencias más importantes (pasaporte, dinero, celular, etc.) siempre deberían estar en tu maleta más chica. Si sólo cargas con una maleta grande, entonces estas cosas deberían estar contigo (en un fanny pack o bolsillo secreto). Muchos hostales en Asia piden que les dejes el pasaporte bajo llave en la recepción, por lo que te recomiendo cargar con una fotocopia del mismo en tu persona.

No recomiendo dejar cosas de valor en casilleros dentro de dormitorios. Piénsalo, no hay cámaras en los dormitorios y el casillero está rodeado de otra gente casi todo el tiempo.

Cuando trabajé en un hostal en Barcelona, a menudo nos llegaban noticias de otros hostales donde carteristas profesionales pagaban por una noche y aprovechaban para saquear los casilleros con una ganzúa.

Cuando viajes entre hostales, ponte la mochila chica al frente y luego ponte la grande en la espalda. Esto ayuda por dos cosas:

  1. No será fácil que te arrebaten la maleta chica porque los amarres de la mochila grande estarán en medio y
  2. Con la mochila chica en tu pecho, la tendrás a la vista en todo momento y evitarás que te saquen cosas de la misma sin que te des cuenta. Este mismo principio aplica a tu celular y billetera. Nunca pongas cosas valiosas en bolsillos que no puedas ver en todo momento.

Sé que suena obvio y tonto, pero incluso moverte se torna más fácil si debes caminar buco (y vas a caminar buco) con tus cosas, aparte de que deja los brazos libres para movilizarte mejor.

Yo viajé por casi 5 meses en Asia, con una laptop que pesa 6 libras, una tableta gráfica, un smartphone y todos los cargadores y cables. Era una estación de trabajo móvil y aunque el teléfono y la laptop se dañaron, nunca me las robaron. Lo que sí desapareció mágicamente de mi mochila fue un pantalón corto Quiksilver que usaba para ir a nadar. Nunca sabes, así que siempre pela el ojo.

2. El Papel Higiénico Salva Vidas

Este consejo me salvó de pasar un mal rato en todos los países que visité, en más de una ocasión y a veces en el mismo día. Siempre carga un rollo de papel higiénico en tu maleta.

Cualquier maleta.

Hay una cerveza en Filipinas llamada Red Horse — «La Pula Caballo» en Tagalot — y esa desgraciada te pega en la quijada como el mismo animal. La venden sólo en dos presentaciones: medio litro y un litro. Tómate dos litros de esta vaina mientras deambulas calles, playas o mercados nocturnos comiendo las ricas y baratas exquisiteces de la comida callejera filipina y te aseguro que te acordarás de mí al amanecer (con una sonrisa en tu cara, si seguiste mi consejo).

Estima que en un hostal promedio suelen haber de dos a tres baños compartidos y que en temporada alta habrán entre 20 a 100 personas que, al igual que tú, beberán casi todas las noches y comerán lo que encuentren si es que no cocinan. Basta con que una persona contraiga vomipeo para que la cosa se ponga fea. Una namás. El papel no es un recurso infinito, papa.

¿Alguna vez has usado «la manguerita»? Hay veces en que es la única opción y créeme: nunca querrás que esa sea la única opción.

Pro Tip: Nunca gasté dinero en papel higiénico cuando viajaba. En un hostal grande seguro se pierden rollos de papel todo el tiempo (jue jue jue) y si crees que es robar, te lo pongo así: cuando yo puedo hacer mis necesidades en el baño y no en cualquier otro lugar del hostal que no sea el baño, todos ganamos.

3. Deja la Awebasón y Sé Social

Esta es una dura verdad que nadie me dijo, pero que aprendí muy rápido:

Puedes estar en el paraíso con una cerveza en la mano, rodeado de hermosas palmeras en el sol y sintiéndote miserable porque estás con gente basura o, puedes estar en un horrible tugurio de mierda, gozando como un jefe porque estás parqueando con gente chévere y divertida.

Tu actitud y disposición controlan la forma en que ves el mundo y cuánto provecho sacas de él.

Mochilear debe ser una experiencia divertida, inspiradora y reveladora sobre ti mismo, pero nadie es una isla y mientras más viajas, más oportunidades tendrás de conocer gente nueva y diferente. Gente interesante que te divierta, inspire y revele partes de ti que no sabías que tenías. No dejes pasar esa oportunidad por miedo al rechazo o a una mala experiencia. ¡Incluso las malas experiencias te dan historias pa’ contar y lecciones pa’ recordar!

No vengas a mochilear si vas a estar sentado en una esquina juzgando a los que sí se divierten.

Sin lugar a dudas, una de las mejores ventajas de mochilear es que tienes tu libertad en todo momento.  Si no estás conectando con la gente o los locales o el ambiente de un lugar, eres libre de encontrar otro donde te sientas mejor. Busca hasta encontrar un lugar donde te sientas cómodo y motivada(o) a gozar, y luego goza como una dementa y, cuando estés satisfecha, coge tus vainas y busca un nuevo lugar para repetir la experiencia.

No vengas a mochilear si vas a estar sentado en una esquina juzgando a los que sí se divierten. Tampoco vengas si planeas hospedarte en una habitación privada con aire acondicionado, en un hostal sin área común y haciendo todo lo que Lonely Planet te dice sin pensar en lo que tú realmente quieres.

4. No Persigas los Culos

Si evitas las cosas en el párrafo anterior, lo más seguro es que más temprano que tarde encontrarás gente con la que conectarás a velocidad mach 6.

Nadie tiene tiempo para salir al cine y cenar cuando sabes que uno de los involucrados puede irse de la ciudad al día siguiente.

Cuando viajas, el sentimiento de encontrar a alguien con quien conectar es indescriptible. Yo soy panameño y nunca encontré a otra persona del patio viajando por Asia. Lo más cercano que encontré fue a un argentino y a una española, y quedé sorprendido de lo importante que puede ser algo tan pequeño como hablar tu propio idioma con alguien que te entiende y, mejor aún, que comparte tu sentido del humor.

Extrapola eso a cosas como encontrar a alguien que comparta tus gustos en comida, formas de ver la vida, sentido del humor, canción favorita de Damian Marley, video de gatos en Youtube, libros, Batman, la lista sigue, y te darás cuenta de que conectar con alguien es más fácil en un lugar donde nadie te conoce que en tu propio país, donde supuestamente estás entre tu gente.

En tan solo un día, un extraño(a) puede acercarse a ti de forma rápida y furiosa, porque aquello que nos hace diferentes también nos atrae, y eso es hermoso. ¿Quién tiene tiempo para salir al cine y cenar tu conexión más ardiente puede irse de la ciudad al día siguiente?

La pregunta es, ¿qué harás cuando el encuentro llegue a su fin?

Todos los mochileros están en un plan y si tu plan no coincide con el plan de esa chica o chico que conociste en el bar anoche, no persigas ese culo. Sigue tu camino y no cambies tus planes por la idea de aferrarte a una persona que muy probablemente no está pensando en comenzar una amistad seria o algo más.

Puede darse el caso en el que hayan sentimientos fuertes y obviamente las relaciones serias salen de este tipo de encuentros. Coño, algunas incluso terminan en matrimonios muy felices, pero opta por lo sano y, antes de cambiar tus planes, asegúrate bien de que todos los involucrados están en la misma página.

Si la nena que conociste anoche en el bar de la playa tiene un boleto de bus que coincide con el tuyo (y que compraste antes de conocerla), ¡bien por ti! Siéntense juntos en el bus y hablen. Si el chico que conociste en el hostal te invita a viajar con él, al menos sabes que te quiere cerca y puedes decidir.

No asumas que un momento es más de lo que es. De lo contrario puedes terminar amargando tu experiencia o perdiéndote de muchas cosas que quieres ver o hacer por perseguir un culo. Así mismo como conectaste con esta persona, seguro encontrarás a otra en el camino siempre y cuando mantengas una actitud positiva y pongas las cosas en su lugar.

En la vida hay más días que años y viajando cualquier cosa puede pasar.

5. No Seas Cobarde y ¡Vive, Carajo, Vive!

¿Cómo sabes que no te gusta comer escorpiones si nunca los has probado? ¿Cómo sabes que no te gusta el salto bungie si no has aprovechado los saltos de $40 que ofrecen aquí? ¿Cómo sabes que 5 Jaggerbombs es el límite de alcohol que aguantas en la chiva parrandera?

La respuesta es: no lo sabrás hasta que lo intentes.

La idea de salir de tu zona de comfort es (¡sorpresa!) que hagas cosas fuera de tu comfort. 9 de cada 10 veces que lo hagas quizás encontrarás que no te gusta lo que aprendiste, ¿pero esa vez #10? Te vas a volver adicta(o) a eso que hiciste y no te explicarás cómo viviste todo este tiempo sin probarla.

…piensa un poco antes de salir de tu zona de comfort… …pero no lo pienses demasiado o tu oportunidad se puede escapar.

Te vas a hospedar en lugares donde el baño y la ducha no están separados. Vas a comer cosas que no te gustan y compartir dormitorios con gente menos aseada que tú. Temblarás en una playa en medio de una tormenta tropical, con un resfriado de 40°C, tomando medicinas. Tu vuelo se va atrasar y tendrás que dormir en una terminal por 2 horas. A veces así es la vida cuando viajas. Amárrate los pantalones y echa pa’ lante, cobarde.

Si quieres un pase express a unas vacaciones inolvidables, tírate al mar de clavado desde aquel precipicio resbaloso. Acepta cualquier trago que te ofrezcan y emborráchate solo en aquel bar barato rodeado de extraños. Después que te emborraches, sal a la playa y hazle caso a los malabaristas cuando te inviten a menear cadenas en llamas. Cualquier herida o fractura que contraigas seguro valdrán los 50 likes que te darán en Instagram.

No es difícil. Si tienes dudas, piensa un poco antes de salir de tu zona de comfort porque la vaina ta fea allá afuera y no queremos pasar malos ratos.

Pero no lo pienses demasiado o tu oportunidad se puede escapar.

En mi experiencia, viajar con una mochila en la espalda es una aventura que te hace sentir como un espía internacional. Eres fokin James Bond en un mundo ajeno donde nadie te conoce y no conoces a nadie, donde gente hermosa bebe tragos y coquetea con sus destinos a diestra y siniestra, con persecuciones en moto a alta velocidad en lugares exóticos que pueden tornarse peligrosos en un abrir y cerrar de ojos. A veces incluso hay explosiones y mujeres en tanga… con metralletas.

Donde lo que convierte estas experiencias en buenas o malas memorias, es simplemente cómo decidas afrontarlas.

Publicado originalmente el 2 de diciembre de 2014.


Pateando Calle es un recuento de mis aventuras mochileando como loco por el mundo, documentando como sobrevivo con poco dinero y aún menos idea de lo que estoy haciendo.

Algunos de estos artículos forman parte de la serie El Gran Viaje, que luego terminé convirtiendo en mi libro, El Año.

Suscríbete
Notificar sobre
0 Comentarios
Más votado
Más recientes Más Antíguos
Comentarios
Ver todos los comentarios