Ball x Pit ha estado haciendo olas desde su lanzamiento el pasado 15 de octubre y estoy aquí para confirmar que el hype se justifica.
Este juego de “Kenny Sun and Friends” tiene al jugador disparando pelotas contra enemigos que se mueven lentamente desde el tope hasta el fondo de la pantalla, en una mezcla entre el clásico legendario Breakout y Jamestown, el shooter de 2011.
Al comienzo, tu personaje iniciar cuenta con un arsenal de “baby balls”, pequeñas pelotas blancas que hacen poco daño, y una pelota especial con un poder. Estas últimas son las que hacen el juego divertido.
Hay pelotas eléctricas que disparan rayos en todas direcciones, pelotas de hierro, pelotas vampiro y pelotas venenosas. Cada pelota puede subir de nivel y, cuando tengas dos o más de nivel 3, podrás fusionarlas para combinar sus poderes.
¿Quieres una pelota que dispare electricidad y envenene? Se puede. ¿Qué tal una pelota que cause un terremoto de hielo que congele personajes? Ahora sí.
Puedes cargar hasta cuatro pelotas especiales en tu arsenal y encima tienes hasta cuatro habilidades pasivas, como una daga que te hace infligir más daño si atacas por la derecha o una flecha que incrementa el daño a todos los enemigos en la misma columna que tú.
Vas a morir un montón de veces al principio, en lo que aprendes la mecánica de juego y descubres qué estrategias te funcionan mejor.
En mi caso, tardé un tiempo en entender que no podría avanzar si me quedaba al fondo de la pantalla moviéndome de lado a lado mientras disparaba.
Para subir tu nivel tienes que perseguir las gemas que sueltan los enemigos al morir. Esto hace que constantemente debas moverte y evaluar tu posición en el campo de juego para así determinar qué enemigos priorizar para subir de nivel rápido.
Al morir perderás todos tus upgrades, pero regresarás al área central donde la otra mecánica de juego aparece. Ball x Pit también es un city builder, donde tomarás los recursos encontrados en el hueco y los usarás para construir edificios que te ayuden en runs futuros.
Puedes crear campos de trigo, bosques para conseguir leña y depósitos minerales. Además, en cada run hay la posibilidad de encontrar planos para crear nuevos edificios, como una clínica que incrementa tu vida o la casa de un personaje desbloqueable.
Pensé que iba a probar el demo por 30 minutos y terminé gozando de Ball x Pit por casi 3 horas. Es fácil de jugar y una vez que le agarras el truco es difícil de soltarlo.
La mecánica principal de juego está pensada para gente que disfruta de juegos como Brotato y Vampire Survivors, donde vas adquiriendo upgrades constantemente y puedes ver como tus ataques van borrando cada vez más enemigos de la pantalla a la vez.
Mi objetivo es convertirme en una máquina asesina que borra todo a su paso con mis pelotas. Para ello, intento que mis decisiones tempranas me permitan crecer lo suficientemente rápido para afrontar las olas de enemigos que van llegando. Una vez que logré , el caos que causé en pantalla fue muy gratificante.
En un punto dejé de leer lo que cada fusión de pelotas hacía y me enfoqué en crear las combinaciones más locas que se me ocurrían. Nunca me fijé en el porcentaje de daño de mis armas o fusiones, y pienso que los creadores tampoco le ponen mucho cuidado a esto.
En general, Ball x Pit no se toma su narrativa muy en serio. Después de todo, le estás disparando pelotas a un montón de esqueletos pixelados que sangran. Es el tipo de experiencia que disfruto porque no tengo que pensar mientras la vivo, y eso ya de por sí me hace querer regresar por un run más.